Elección de la bicicleta

Cada tipo de bicicleta ha sido diseñada para un uso y terreno determinados. Si queremos una bicicleta para usarla como medio de transporte en el ámbito urbano y metropolitano, se aconseja que cumpla una serie de características:

  • Talla: cada modelo de bicicleta está disponible en diferentes tallas, consulta al fabricante o distribuidor para escoger la talla apropiada a tu estatura con el objetivo de evitar molestias y dolencias por una mala postura.
  • Luces: según el artículo 98.3 del Reglamento General de Circulación y el artículo 22.4 del Reglamento General de Vehículos, para ser visible durante la noche, y en condiciones meteorológicas que reducen sensiblemente la visibilidad, son imprescindibles y obligatorias las luces delantera (blanca) y trasera (roja), así como el catadióptrico trasero (rojo). También es recomendable el uso de catadióptricos amarillo-auto en los pedales y en los radios de las ruedas.
  • Ruedas: de gran diámetro (700 mm —28”—) y de grosor relativamente fino (entre 25 mm y 40 mm). Dicho diámetro ofrece más estabilidad a velocidades altas y pasa sobre los obstáculos con mayor comodidad. Una bicicleta plegable con ruedas pequeñas es de interés solo si se tiene que transportar habitualmente en otro vehículo o si se dispone de poco espacio para guardarla. Por su parte, una rueda fina (25 mm) produce poco rozamiento con el asfalto y absorbe considerablemente las vibraciones producidas por las posibles irregularidades del terreno. Un grosor algo mayor (40 mm) también es útil para usar la bicicleta por los caminos de tierra que conectan los municipios de algunas áreas metropolitanas, pero ofrece un rozamiento mayor sobre el asfalto.
  • Marchas: El uso de las marchas sirve para adaptar el esfuerzo físico a la orografía del territorio haciendo que la cadencia de pedaleo sea más eficaz. En un terreno con desniveles es aconsejable tener entre 18 y 21 velocidades. Su uso facilita también el arranque y la aceleración (también en terrenos llanos) lo cual es muy útil para el ámbito urbano debido a las sucesivas desaceleraciones, aceleraciones, paradas y arranques que se dan en sus vías.
  • Pedaleo asistido: Según aparece en el anexo II del Reglamento General de Vehículos, una bicicleta de pedaleo asistido es aquella que utiliza un motor como ayuda al esfuerzo muscular del conductor. Dicho motor, con potencia no superior a 0.5 Kw, deberá detenerse cuando el conductor deja de pedalear o la velocidad supera los 25 Km/h. Este tipo de bicicletas reducen considerablemente el esfuerzo, por lo que son recomendables para personas que realicen grandes distancias o que deban salvar grandes desniveles ascendentes cotidianamente, así como para personas de cierta edad o de baja condición física.
  • Guardabarros: necesario para evitar manchas en la ropa cuando llueve.
  • Protector de cadena: para evitar el enganche de las ropas o de partes del cuerpo entre el plato y la cadena, así como para evitar manchas de grasa en el camal derecho del pantalón. También existen tobilleras especiales para recoger el camal, función que puede realizar una simple pinza de tender la ropa.
  • Portaequipajes: se utilizan como soporte para el anclaje de alforjas, así como para la sujeción de otros objetos mediante diversos sistemas de amarre. Cuando se lleva mucha carga hay que tener mayor precaución porque el manejo de la bicicleta se hace menos estable y aumenta la distancia de frenado, por lo que se debe incrementar la distancia de seguridad delantera. Además, hay más dificultad en el arranque y las cuestas se hacen más duras, siendo recomendable utilizar marchas más blandas que de costumbre para que el pedaleo sea más cómodo. Según el artículo 15.4 del Reglamento General de Circulación, la carga no debe sobresalir lateralmente de la bicicleta más de 0,5 metros a cada lado, ni más de 0,25 metros por la parte posterior y no puede sobresalir por la anterior. Además, existen otros accesorios que se pueden acoplar a la bicicleta para el transporte de personas u objetos (remolques, sillas para niños – artículo 12.1 –, etc.).
  • Sillín: de forma antiprostática para concentrar el apoyo del cuerpo sobre las dos tuberosidades isquiáticas y evitar presiones prolongadas en el perineo.

También debemos tener en cuenta que, según el artículo 22.1 del Reglamento General de Vehículos, “los ciclos, para poder circular, deberán disponer de un sistema adecuado de frenado que actúe sobre las ruedas delanteras y traseras”, así como de “un timbre, prohibiéndose el empleo de otro aparato acústico distinto de aquél”.

© Todos los derechos reservados Jordi Tatay y Rafa Román. Granada, 2014

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